23 octubre 2009

Se suspende el estreno de “Saw VI”


Todos lo sabíamos ─lo temíamos, más bien─, pero ya es oficial. En una escueta nota, el departamento de prensa de Buena Vista International lo confirma: «El estreno de la película “Saw VI” que estaba previsto para hoy viernes 23 de octubre ha sido suspendido por razones de calificación. Esta calificación ha sido recurrida y estamos a la espera de su resolución». Parece que finalmente no hay vuelta de hoja. Al margen de que nos pueda parecer una decisión pasmosa ─no es cuestión de ser soeces─ por parte del Ministerio de Cultura, queda pensar que se sienta un peligrosísimo precedente de cara no ya sólo a futuros estrenos en nuestra cartelera, sino, y a un nivel mucho mayor, la celebración de festivales especializados o eventos dedicados al terror y géneros aledaños. Vuelven los tiempos del tijeretazo, de la sombra que pulula sobre la creación artística, de la temible figura del censor que opera en base a su propia y subjetiva conciencia retrógrada al margen de la más básica de las libertades y la permisividad hacia la enriquecedora experiencia cultural escogida soberanamente por cada cual. Una decisión absurda y sonrojante, que no equipara sino hunde la visión de nuestro país, tan ostentosamente progre y aperturista, de cara a un mercado exterior que ni siquiera ha llegado a plantearse la suspensión del estreno de la que es la sexta entrega de una franquicia que arrastra a millones de personas a las salas, en un momento en el que tanto se llora por la crisis desde todos los estamentos de la industria.

Sobre el dinero perdido por Buena Vista International no hay declaraciones públicas por parte del grupúsculo que ha tomado esta decisión. Sobre la inversión publicitaria, sobre la distribución de 300 copias a cines de toda España. Sobre el perjuicio terrible para las salas, ya de por sí castigadas por la huida de un público que prefiere quedarse en casa descargándose propuestas que en su opinión no merecen el abono de una entrada. Todo ello, sin olvidar que el fantástico sigue siendo el género más prolífico y rentable, al menos antes de este bofetón dictatorial que ha recibido sin previo aviso. Ahora, el futuro se presenta gris, a menos que la respuesta popular frene lo que puede ser una escalada en los cánones y vías de la represión gubernamental. Quizá los siguientes en caer sean los certámenes especializados a los que aludía anteriormente, y Sitges ─la convocatoria de género más importante del mundo, no lo olvidemos─ o San Sebastián sean demonizados como herramientas generadoras de futuros asesinos en serie. Pero que se sigan lanzando sanos mensajes a la juventud, como las simpáticas proclamas de “Mentiras y gordas”, en cuyo inexistente y bochornoso guión encontramos la firma de quien ahora cree dirigir a su antojo los destinos de lo que podemos o no disfrutar en pantalla grande. Eso sí, prefiero pensar que esta decisión se ha tomado sin pensar en “Saw VI” como competencia de cara a la taquilla de los estrenos nacionales del viernes, porque eso, sencillamente, no tendría nombre.

Mientras tanto, la caja tonta lanza proclamas que invitan a la idiotización masiva con una programación capaz de sacar los colores al más avezado de los espectadores, y nuestros hijos sufren en horario infantil las desdichas de los iconos de la fama de serie Z que lucimos en este país tan molón y progresista. Triste resulta, en definitiva, que sea esta la película elegida para volver a tiempos que creíamos olvidados. En “Saw VI”, Jigsaw, desde el más allá, lanza su proclama más poderosa contra los estamentos, en esta ocasión contra el insuficiente sistema sanitario estadounidense. Pero podría ser un reflejo de la corrupción moral y profesional de nuestra cartera de (in)cultura. Inconscientemente, el Ministerio subraya la podredumbre contra la que, desde la ficción más exagerada, divertida y falta de realismo más absoluta, se alza el vengador protagonista de una película que nunca ─a falta de ver qué sucede con el recurso presentado por la distribuidora─ verá la luz como debiera. La labor que desempeño en esta revista me convierte en un privilegiado por muchas razones, pero nunca pensé que también lo sería por algo tan sencillo como poder asistir a una proyección en un pase de prensa de una cinta que la mayoría de vosotros tendréis que ver en formato doméstico. Esperemos que la razón se imponga y la libertad vuelva tras este lapso obsceno y escandaloso.
Vía| Labutaca.net

2 comentarios:

  1. Me habías asustado!! pero... esta informacion es de la situacion en España no?? bueno, por la referencias que menciona eso creo.

    Saludos!

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  2. Si, no te asustes, es respecto a España.

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